jueves, septiembre 29, 2005

Nuestra actual realidad cultural

Very Importan Person

Amigos: hace poco escribí este artículo para la revista Presencia Marista. Ojalá les guste y debatan sobre este tema. Es escalofriante. Ahí va:

Me detuve en cuatro o cinco kioskos de revistas en el centro de Villa Alemana. Nada. Luego me dirigí a Quilpué y tampoco nada. Recorrí un par de calles intentando buscar algo que semejara una librería de libros. Parece obvio, pero en el vendaval del comercio chatarra, lucasmanías y farmacias no pude hallar mi preciado tesoro: una revista denominada Historia y Vida, que se publica en España y acá llega con cuatro o seis meses de retraso(si es que llega). Sólo encontré en mi búsqueda revistas de muebles, de tejido y un sinnúmero de revistas faranduleras: del tipo el rostro más exclusivo y, por si acaso, un dossier de regalo del más vip. Está de moda, dije para mis adentros. Está de moda. Una moda que se está comiendo el ya reducido cerebro de los chilenos. Les manifiesto mi impotencia y dolor. Tan poco que leer y conocer tras los escaparates de nuestro mundito editorial. Las librerías , como dijo por allí Fernando Villegas, son el reino de las fotocopias en nuestro país. Y cada vez menos y más escuálidas.Por otro lado, hace un mes aproximadamente la Sociedad de Editores Independientes, Universitarios y autónomos redactó una carta dirigida al presidente Ricardo Lagos, para solicitarle la implementación de una política Nacional del Libro y la Lectura y la presentación de una ley de una IVA diferenciado para el libro. Aún sin contestar ,sabemos que el IVA aumentó del 18% a un 19%. Una verdadera bofetada para los idealistas.Tal vez ésta sea una parte del problema y más aún cuando en otros países el impuesto al libro es bajísimo comparado con el nuestro. Léase estos ejemplitos:
Francia 5,5%
EE.UU. 5%
Italia 4%
Japón 5%
España 4%
En países como Colombia, Uruguay, Argentina, Perú, Rusia, México, Gran Bretaña, Brasil, Corea no hay impuesto al libro.El problema es real pero no deja de ser eso, sólo una fracción del problema. Algunos opinan que bajando el IVA los chilenos difícilmente terminarán leyendo más, porque la pereza ya se asentó en nuestro ser cultural. Aunque yo me pregunto ¿por qué entonces la venta de libros piratas ha aumentado explosivamente en los últimos tiempos?Otro drama en esta cultura evasiva de la lectura pasa por la educación en los colegios. Imposición de libros inadecuados, profesores poco motivadores, ambiente poco propicio para el estudio. La lista sería larga.Hay, sin lugar a dudas, un desmedro ostensible en la calidad de nuestra formación para la lectura que se ha hecho evidente en distintos test de medición internacionales. El 48% de los chilenos no comprende lo que lee. Así de escueto , así de trágico. Sin embargo, me parece que el problema es más profundo y global. Que los responsables involucrados están permeando nuestra sociedad . Evidentemente no hay una voluntad política, social e inclusive familiar para mejorar esta cruel realidad. Comprar un libro es caro, se prefiere adquirir lo urgente para cubrir las necesidades básicas, no hay bibliotecas en los hogares, no se lee, no hay motivación ni en el colegio ni en casa, se opta por otros medios que sinteticen la información y además entretengan: programas de televisión de pésima calidad, prensa escrita farandulera, revistas de corazón y rostros. De vez en cuando un regalito de diccionario o seudoenciclopedia. Por su parte los medios entregan lo mínimo, y peor aún, un mínimo que da pena. Nos estamos moviendo en un país que ser culto es casi una arrogancia. Y oleadas de jóvenes cada vez comprenden menos instrucciones mínimas.
Otro dato : Aníbal Puente , experto en Comprensión lectora de la Universidad Complutense de Madrid dio una conferencia en Viña del Mar y una entrevista al diario El Mercurio de Valparaíso, donde señalaba “que la lectura modifica el cerebro” y que “la poca motivación a la lectura depende de la incapacidad de los colegios y el hogar en cultivar la formación del pensamiento”. Los dardos los apuntó a una conciencia social “ los segmentos políticos no tienen idea de lo que es leer, ni siquiera se preocupan de cómo promover esta actividad”.Un panorama desolador. Está de moda , según los medios, ser Vip: el reino de la estupidez se cierne sobre las aguas de Chile. Sálvese quien pueda.
Patricio Tapia

sábado, septiembre 24, 2005

El Sentido de la Vida

“La mayoría de los hombres viven para ganarse la vida; cuando lo han conseguido, viven para hacerlo mejor, después se mueren” S. Kierkegaard

Veo a lontananza un árbol de dimensiones gigantescas – no sé , ahora tras el tiempo, si era mi percepción infantil o verdaderamente era un castaño de carácter bíblico- junto a enormes extensiones de un verdor que estalla en mis pupilas. Estos recuerdos de humedad, olor a alfalfa , a conejos, a gallineros repletos y carretas y caminos salpicados por el otoño con largas avenidas de plátanos orientales parecen un sueño que se borra a medida que pasan los años. Esta sensación de nostalgia tiene que ver directamente con el mundo en el que hoy me desenvuelvo: el mundo de los mall, de las largas jornadas laborales, del tráfico matutino, de las ofertas y liquidaciones de último minuto, del bombardeo interminable de nuevos productos y programación televisiva de progresiva mediocre calidad. Un mundo que ha terminado suplantando – casi peyorativamente- nuestra identidad cultural más preciada, aquella que tiene que ver con nuestra riqueza interior , con nuestros recuerdos, pero también con nuestra identidad con lo lárico, con el terruño. Algo así como el legado de nuestros ancestros mapuches ( hombres de la tierra) y nuestros sabor a huaso, a campo, a empanadas, a cazuela, a excrementos, a leche tibia al pie de la vaca. Tal vez muchos de los que hoy nos acercamos al cuarto decenio o lo sobrepasamos sepan de qué estoy hablando. Y la reflexión no es sólo por un dejo de nostalgia al contacto con la naturaleza y su entorno de flora y fauna, sino por aquello que lenta pero irremediablemente suplanta esa condición : un modelo de vida que no nos pertenece o que peor aún hemos asimilado sin cuestionar como nuevas tradiciones y costumbres.
Pero me parece que el asunto es más profundo, tiene más raíces de lo que a primera vista pareciera. Una de ellas y tal vez la más seria es la que tiene que ver con el sentido de nuestra vida, aquello en lo que cada uno ha decidido como forma de existencia cotidiana. Algo así como que qué he decidido hacer con mi vida. No nos engañemos, muchas vidas “han sido tomadas” por el tráfico de la rutina, por la conformidad , por la corriente que nos lleva como papel en medio de la tormenta. Veo estilos de vida impuestos, modos de vivir foráneos que se han enquistado en nuestra sociedad actual. Creo que verdaderamente nuestro estilo de vida actual tienen una fuerte carga de supervivencia, de estar en el mundo para pasar y lograr cumplir ciertas metas, muchas de ellas ofrecidas sin contemplación por los medios de comunicación. Coincido plenamente con Maximiliano Figueroa, profesor de la Universidad A. Hurtado, cuando dice “ Nos parece importante reparar en la posibilidad de que cuando una cultura y una sociedad se organizan tan intensamente , tan enfáticamente, en torno a generar condiciones para el aseguramiento del sobrevivir - y quizás más aún cuando esas condiciones requeridas alcanzan niveles importantes de sofisticación técnica y económica, exigiendo preparación y dedicación elevada para su consecución, en un contexto, a su vez, marcado por la competencia y el afán de eficiencia permanente- puede llegar a suceder que el vivir se transforme sólo en eso, en un puro sobrevivir”1.
No estoy en contra de la técnica ni del progreso, sino en los acentos. La vida no debe transformarse en un mero instrumento para lograr otros tipos de objetivos, porque la vida misma es el don supremo y objetivo de sí misma. El misterio de la vida con sus dolores y esperanzas debiera ser continuo proceso de reflexión. A muchos se les ha educado en un sistema altamente competitivo y sólo con el afán de lograr objetivos materiales. Me pregunto , ¿ En qué lugar se nos ha enseñado sobre la belleza, la espiritualidad, el amor a las tradiciones, el respeto por la naturaleza, el amor al prójimo, de manera tan insistente y sistemática como las ciencias o la gramática? ¿ Qué momento o espacio privilegiado se nos dio para mirar un atardecer o leer un buen poema de la dinastía Tang? Muchas de estas actividades tildadas de hobby o esparcimiento cada vez son menos valoradas y comprimidas a espacios más reducidos.¿ Quiénes somos realmente? ¿Un depósito de material reciclable, apto para vomitar en condiciones altamente exigentes o un milagro viviente del cual hemos abusado inexplicablemente?
Ante estas y otras preguntas que me hago , pero que el espacio no me permite hacer ,sólo me cabe dejarles estos versos del poeta chileno Oscar Hahn:

“Caminamos de la mano por el supermercado
Entre las filas de cereales y detergentes
Avanzamos de estante en estante
Hasta llegar a los tarros de conservas
Examinamos el nuevo producto
Anunciado por la televisión
Y de pronto nos miramos a los ojos
Y nos sumimos el uno en el otro

Y nos consumimos”


Patricio Tapia

Doy por inaugurado mi sitio de opiniones


Este es un momento especial. Abro la ventana para el diálogo y las opiniones. Un espacio para la creación y el pensar. Los invito a todos a ser parte de esta atractiva herramienta tecnológica.