viernes, julio 21, 2006

Lo que no se publicó

Este artículo lo escribí para una revista. Ahora lo publico en mi blog. Como muchos temas es debatible. Tal vez ya pasó de moda, pero la educación nunca es añeja. Aquì va.


Revolución Pingüina
A propósito de educación



Rápidamente recorté tres interesantes artículos de opinión de un importante periódico sabatino referidos al tema de la educación, a propósito de la movilización pingüina que por estos días tiene tan atareado al Gobierno. Mi intención era compartir al interior del colegio las reacciones de mis colegas y para quienes gusten de opinar sobre este relevante tema tan en boga últimamente. Lo importante de esta situación es el resultado que a mí me dio después de leer los tres artículos, porque sin lugar a dudas todos hacen un aporte , a través de sus reflexiones. Uno de ellos señalaba que los verdaderos cambios de la educación pasaban por un par de aspectos que menciono: profesores competentes, motivados; familias que forman e involucradas en el proceso escolar y estudiantes serios. El otro artículo hacía las siguientes preguntas ¿ Tienen las familias y los alumnos derechos que ejercer en la educación? Y ¿ cuál es la finalidad de la educación? Por último , el tercer artículo indicaba que se debe enseñar poco, pero bien, y ello a través del instrumento esencial y duradero que es el libro.
La crisis que vive el modelo educacional por estos días, puesto en el tapete a partir de los alumnos secundarios, es un hecho que a nadie sorprende demasiado; porque , de algún modo, todos los actores coinciden que era esperable debido a la inequidad y precarias condiciones en que se desarrolla casi el 70% de las clases en nuestro país. Los cambios que esperamos no se solucionan con más o menos dinero, porque el problema parecer ser más profundo que la gratuidad del pase escolar , de la PSU o de las becas alimenticias. El problema está apuntando a elementos que estos artículos citados hacen mención. Y ellos , porque a pesar de ser de autores muy disímiles, coincidían en varios aspectos que paso a mencionar con más detalles.
En primer lugar , familias y alumnos comprometidos con su aprendizaje: no es novedad la desidia de muchos alumnos por estudiar. En Chile es una realidad que nuestra sociedad está alimentada por otro tipo de intereses más mercantiles, excesivamente competitivos o simplemente faranduleros. Un deterioro que no sólo pasa por estar más o menos horas en un colegio, sino que parte en el hogar, en mi diálogo y relación familiar, como en la información que recojo en la televisión y en los periódicos. Por tanto, es un problema social y cultural que nos cuestiona como nación.
En segundo lugar, profesores competentes y motivados, que verdaderamente sientan la responsabilidad que significa educar. Hay ejemplos nobles como también ejemplos detestables, baste ir al baúl de los recuerdos y revisar a nuestros propios educadores , desde lo más digno hasta lo patético y deplorable. Sabemos que ni las mismas universidades tienen profesores aptos para enseñar a aquellos cuya labor será educar. La motivación de un profesor pasa no sólo por justas remuneraciones , sino por perfeccionamiento adecuado y práctico , y también por velar por su desarrollo cultural. Creo que el ejemplo más relevante se encuentra en el acceso a bibliografía y bienes culturales en general. Es el caso de los mismos libros de los que he hablado en esta columna. Creería usted que un profesor de historia o de lenguaje o de ciencias debe fotocopiar muchos de los libros que deberá entregar a sus alumnos como referencia y lectura obligatoria debido a que los precios de estos son prácticamente inalcanzables. Es este una cuestión de principios y de políticas gubernamentales en los que el acceso al bien cultural se hace derechamente esquivo.
En tercer lugar, la finalidad de la educación es amplia y no sólo debe preparar para convertir a los jóvenes en profesionales exitosos , abiertamente competitivos en un mundo en el cual el mercado impone las reglas. Esto es lo que el modelo educacional en Chile parece proponer, donde los más fuertes y mejor equipados logran sobrevivir. Los objetivos de la educación deben ser transversales: creatividad, espíritu crítico, especialización, valores. La lista podría ser larga. ¿ Cómo hacemos para preparar al hombre del próximo decenio? Es en este aspecto que aparecía la pregunta del último artículo ¿ Cuál es la finalidad de la educación?
Las aristas de este debate se multiplican como un caleidoscopio, en el cual todos debemos aportar. Chile vive un momento histórico, porque ha logrado , a través de sus propios actores principales, hacer un alto que esperemos sea reflexivo y profundo, sobre la educación y sus falencias. Debate que no puede esperar, y cuyas demandas se hacen urgentes.