miércoles, agosto 30, 2006

Solidaridad


Agosto es el mes de los gatos, el mes de lo ancianos y sus achaques, el mes de la solidaridad.
A propósito de esto llegan recuerdos del fin de semana pasado en un local de actividades deportivas para niños en situación de riesgo social. Entre ellos, recuerdo a Claudio de nueve años,que estudiaba en una escuela cercana y que pololeaba con un niña de su curso, en tercero básico. Me quedo con su imagen preguntona e inquieta, con sus ojos brillantes , llenos de esperanza y cierto dejo de tristeza. Sí, de vez en cuando es bueno acercarse a este mundo que suele tener muchas necesidades. No es que yo no las tenga. Pero ciertamente uno se llena de humanidad, se hominiza cada vez que toma contacto con el mundo de los más necesitados, porque se vuelve más comprensible y simple. Algo que debiéramos practicar más a menudo, no importa de qué forma.
Gracias a quienes favoreciernos este momento, alumnas del M3B.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!!!

Buen tema, antes de que se termine este mes en el que se destaca por lo mismo a través de la figura de San Alberto Hurtado.
La semana pasada también me enfoque en lo mismo con mi artículo para el diario mural, es que considere que este tema no puede pasar desapercibido, aunque me centré en el tema de la gente que es capaz de dar por el otro y no en temas de experiencias personales que he tenido en este ámbito.
Lástima que en este año no he podido participar de la actividad solidaria de curso, ya que justo los días viernes estoy como animadora de gama, espero que para la próxima vez, le pida permiso a la señorita Nelly e ir
Es cierto que estas actividades sirven de mucho, pero cuando a uno les nace ir, me acuerdo que en otros años era distante al tema e iba a hogares porque todo el curso tenía que ir, pero siento que esto cambió cuando una niña que recién venía conociendo, me dijo que participaba como voluntaria en el Sanatorio Marítimo, no sé aún, por qué le dije que la quería acompañar. Al momento que ingresé al lugar creo que me mantuve distanciada de estos niños, pero no sé cómo me adapté a cada niño que veía. Es cierto que a veces los olores eran insoportables, pero la alegría que te quería entregar cada niño, uno no la podía cambiar por nada.
Obviamente que todos en una actividad como esta, siempre se termina encariñando con alguien especial, y todavía recuerdo a una niñita de 3 años de edad, que estaba en una cuna muy tranquila, el cual su historial no era muy agradable; su padre la maltrataba y una vez la tiró contra la pared, entonces la vida de ella sin ver el mundo a causa de su ceguera comenzó a ser diferente, pero ese día yo le tomé la mano y me la apretaba con tantas ganas, que en verdad a uno lo hace razonar sobre las cosas que tiene, y a pesar del corto tiempo que ella llevaba acá en la tierra su mundo fue diferente pero ahora es especial con el cariño que entrega.
Creo que está fue una de las experiencias que más me marcó, aunque me pongo a relacionar los hogares de ancianos de Chile y con los que experimenté en Alemania, decir nada más que a pesar de que hay diferencia por el desarrollo de cada país, es totalmente posible llegar a utilizar las mismas herramientas que se manejan en Alemania.
La otra vez veía un reportaje de un caballero que ha vivido por muchos años debajo del Mapocho y a él no le ha interesado salir del mundo del que vive, pero siento que si es así para él igual debe ser importante la compañía de alguien, que comparta diferentes ideas y este comienza a cambiar de idea.
En verdad pienso de que a todos les puede nacer ayudar al que está al lado pero entregando su amor no basándose solamente en el dinero.

“El amor al prójimo enraizado en el amor de Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la iglesia particular, hasta abarcar a la iglesia universal en su totalidad” Benedicto XVI.

Fernanda La Fuente.

Anónimo dijo...

Encontré este blog por esas curiosidades de la vida, en un aula de informática, escrita en una pizarra...
Y entré, y encontré este tema de la solidaridad, en este mes de agosto que finaliza...
Me hace pensar que es natural en el mundo encontrar las cosas por niveles, clases, y que desafortunadamente siempre hay una que queda peor, y otra en el extremo contrario a esta, pero este tema es complicado e implica mucha política, así que lo único que nos queda es poner los pequeños granitos de arena con nuestros actos humildes de ayuda.
Pero hay que pensar que Dios nos llama a través de ellos. No hay nada más bello que mirar en los ojos libres de maldad para recordar lo que alguna vez fuimos, sus sonrisas inocentes y sus miradas sin juicios

Anónimo dijo...

Papá,Buen tema, antes de que se termine este mes en el que se destaca por lo mismo a través de la figura de San Alberto Hurtado.
La semana pasada también me enfoque en lo mismo con mi artículo para el diario mural, es que considere que este tema no puede pasar desapercibido, aunque me centré en el tema de la gente que es capaz de dar por el otro y no en temas de experiencias personales que he tenido en este ámbito.
Lástima que en este año no he podido participar de la actividad solidaria de curso, ya que justo los días viernes estoy como animadora de gama, espero que para la próxima vez, le pida permiso a la señorita Nelly e ir
Es cierto que estas actividades sirven de mucho, pero cuando a uno les nace ir, me acuerdo que en otros años era distante al tema e iba a hogares porque todo el curso tenía que ir, pero siento que esto cambió cuando una niña que recién venía conociendo, me dijo que participaba como voluntaria en el Sanatorio Marítimo, no sé aún, por qué le dije que la quería acompañar. Al momento que ingresé al lugar creo que me mantuve distanciada de estos niños, pero no sé cómo me adapté a cada niño que veía. Es cierto que a veces los olores eran insoportables, pero la alegría que te quería entregar cada niño, uno no la podía cambiar por nada.
Obviamente que todos en una actividad como esta, siempre se termina encariñando con alguien especial, y todavía recuerdo a una niñita de 3 años de edad, que estaba en una cuna muy tranquila, el cual su historial no era muy agradable; su padre la maltrataba y una vez la tiró contra la pared, entonces la vida de ella sin ver el mundo a causa de su ceguera comenzó a ser diferente, pero ese día yo le tomé la mano y me la apretaba con tantas ganas, que en verdad a uno lo hace razonar sobre las cosas que tiene, y a pesar del corto tiempo que ella llevaba acá en la tierra su mundo fue diferente pero ahora es especial con el cariño que entrega.